Saturday 31 January 2009

Recuerdos de mi padre- reseña historica II


Cuando estalló la guerra del 14, todos los checos vieron en ello una probable posibilidad de sacudirse el yugo de los Habsburgo.
La persona en quién todos viéron desde el princípio el representante de sus anhelos e ideales de independencia, fué el profesor de filosofia Tomás G. Masaryk, quién efectivamente se entrevistó con todos los grandes de su época, para habrarles de la causa checa. Encontró especialmentre un eco muy positivo en el presidente de los Estados Unidos W. Wilson, a punto tal que al recrearse el estado checoslovaco, la principal estación de ferrocarril de Praga, llamada hasta entonces de Francisco José, fué rebautizada por Estación Wilson.
En cuanto a Masaryk, cabe señalar que en uno de sus viajes a los EE.UU., conoció una hermosa muchacha de Brooklyn, llamada Carlota Garrigue, con la qual se casó, y vivió toda su vida.
Durante la guerra del 14 todos los checos querían pelear contra los Habsburgo y sus aliados los alemanes, y para ello todos que se encontraban en el extranjero, se presentaron como voluntarios para constituir los respectivos ejércitos, que también se engrosaron con los que pudieron huir de Bohemia.
Se creó entonces una situación algo atípica para los Aliados, a cuyo lado pretendían luchar ejércitos de un país formalmente inexistente. La situación se resolvió denominándose a esos ejércitos “Legiones Checas”, y a los soldados “legionarios”.
Estos ejércitos llegaron a contar hacia el fin de la primera guerra mundial cerca de 200.000 soldados, de los cuales 90.000 en Rusia, y el resto en Italia, Francia, Estados Unidos, etc.
En realidad el primer reconocimiento del nuevo estado consistió en un decreto del Presidente de Francia, de 1917, dónde se reconoció la existencia de un ejército checoslovaco independiente, con el uso de su propia bandera.

Finalmente cabe decir dos palabras de los legionarios en Rusia: cuando empezó la guerra, el ejército checo que se formó allí, se propuso luchar, y luchó al lado de los ejércitos rusos imperiales (del zar Nicolás). Al producirse la revolución bolchevique em 1917, no quisieron inmiscuirse en la guerra civil que siguió, y por ello decidieron retirarse de Rusia. Como la guerra civil estaba en su apogeo en lo que es la Rusia Europea, por dónde no podían pasar, decidieron irse al Este, hasta Vladivostok, cruzando toda la Siberia en sus ocho o diez mil kilómetros, en una verdadera odisea.

Wednesday 21 January 2009

Recuerdos de mi padre - reseña historica




Considero indispensable hacer una brevíssima reseña histórica de Checoslovaquia, para entender el accionar y posición en la vida de no solamente mi padre, sino de todo checo que se considera como tal.
Porque, por lo menos hasta la guerra del “14” se conocía una Serbia, una Polonia ó Rumania, pero de los checos poco o nada se sabía y de allí es que mucha gente creyó que la República Checoslovaca (independiente a partir del 28 de octubre de 1918) fué un invento o creación artificial del Tratado de Versalles.
Y nada más erróneo, por cuanto se trata de un re-nacimiento de uno de los más antiguos estados de Europa.
Hay antecedentes, en el territorio de Bohemia, de tribus eslavas en los siglos VIII y IX, pero el primer rey de Bohemia, católico, fué Wenceslao, patrono de Bohemia, conocido como San Wenceslao, asesinado en Praga en el año 929. De allí en adelante floreció por varios siglos el reino de Bohemia, otras veces de Bohemia y Moravia, país rico y progressista, que atrajo artistas y arquitectos, principalmente de Italia. De los tejes y manejes surgió en el siglo XIV la dinastía Luxemburguesa, uno de cuyos reyes fué Carlos IV, quién mandó levantar los grandes palacios e iglesias de Praga, fundó la Universidad Carolina (La primera y más antigua de Europa Central), construyó el puente Carlos, que cruza el río Moldava, que es igualmente el mayor puente de su época, en aquella parte de Europa.
La hija de Carlos IV, llamada Ana, se casó con el rey Ricardo XI de Inglaterra, siendo por lo tanto reina de aquel país y ese vínculo tuvo grandes alcances ya que Ana simpatizaba con las actividades y pensamientos de Wycliffe y fueron las ensañanzas de éste que inspiraron a Juan Huss, checo, quién se convirtió en predicador en Praga.
En definitiva quería una cristandade más pura y más comprensible al pueblo, y para ello quería – entre otro – que la misa se diera en el idioma checo. Fué considerado hereje por el Consejo de Constanza y quemado vivo.
Cuando en un momento del siglo XVI quedó vacante el trono de Bohemia, lo reclamó desde la vecina Austria el archiduque Ferdinando y desde entonces empezaron tribulaciones para los checos quienes pasaron a ser governados por los Habsburgo. Cansados y al cabo de casi un siglo se rebelaron contra los Habsburgo, y éstos, tras traer ejercitos de Austria chocaron violentamente en la Batalla de la Montaña Blanca (cercana a Praga) en noviembre de 1620, dónde los checos fueron vencidos.
Siguió a ello una terrible represión tendiente a aniquilar y borrar todo vestigio de los checos del mapa . Todos sus nobles fueron detenidos y fueron todos decapitados en un sólo día. (1300 en total). Sus propiedades fueron confiscadas, se prohibió el uso del idioma checo en todo documento oficial, reemplazándoselo por el alemás, y se prohibió la ensañanza, en los colegios, del idioma y gramatica checa.
Ello duró tres siglos.
Tres siglos durante los cuales el idioma y las tradiciones se conservaban y transmitían de padre en hijo, y en forma oral solamente, porque ni los libros en checo se permitía imprimir.
Si bien durante esos siglos el imperio Austro-Hungaro se componía básicamente de tres naciones (austríacos, húngaros y checos), esta última era totalmente ignorada por los gobernantes a punto tal que los emperadores se hacían coronar en Viena primero y luego en Budapest, pero no en Praga. Aunque ésto hoy parezca difícil de creer, los checos se consideraban personalmente muy ofendidos por éste gesto, entendiéndo que un rey que no fuera coronado en su país, no era su rey.
Así las cosas, se llegó a mediados del siglo XIX y en ese momento surgió una generación de escritores, poetas, músicos, filósofos, etc. Checos, quienes vislumbraron que se acercaba el momento en que iban a poder reivindicar los derechos a un país independiente, y para ello entendieron que era necessario preparar al pueblo.
Se reconstruyó la gramática, y se empezaron a publicar libros y poesías (más que nada en forma clandestina), se levantó el teatro nacional de Praga (exclusivamente con donaciones particulares), se hizo música checa por A.Dvorak – quién recopiló la música popular – y con B. Smetana, cuyo poema sinfónico “De mi patria”es un poco un segundo himno para todo checo. Y de himno hablando, también compuesto en el siglo XIX, su tema principal sonsiste en la pregunta “? Dónde está mi patria”?.
Se creó también la sociedad gimnástica “Sokol” cuyo lema era “Mens sana in corpore sano”, pero cuya principal misión era prepararse para el futuro de la nación.

Saturday 17 January 2009

Recuerdos de mi padre - introduccion

In 2005, my granddaughter published a book based on the gatherings of my first writings. The book is called Recuerdos de mi padre and I start this blog by publishing parts of it, gradually. Bit by bit. Like a dropper. In 2008, it was published a second edition of the book with additional texts. I also intend to post here recent texts regarding history in general without direct link with my father. But still given accounts that don’t figure in history.




Las páginas que siguen no pretenden ser um libro en el sentido usual de la palabra, vale decidir algo que se ofrece indiscrimadamente al público en general, sino que se trata de anotaciones que se refieren a mi padre, de hechos o episodios que he conocido en forma directa (generalmente contados por él mismo).
Porque existe por un lado la Historia con mayúscula, dónde se registran los hechos para la posteridad, cuando se estima que realmente merece tal distinción. Y por el otro lado existe la historia menos, de cosas que también tuvieron su interés, significación o influencia, que no se escribe y por tal motivo cae con el correr del tiempo – de una o dos geraciones – en un total e irreversible olvido.
Mi propósito es efectivamente dejar materializados estos recuerdos para nuestra familia, presente y futura o para aquellos que tuvieron alguna vinculación amistosa con nosotros. Evidentemente si mi padre hubiera sido una persona común y corriente, a la que nunca le ocurre algo rutinariamente previsible, ningún sentido o interés habría en referirlo.
Pero, tal como lo relataré, creo que mi padre fué en más de un sentido un personaje extraordinario, quién ya formaba parte de la historia de su país, Checoslovaquia, y de no haberse transformado en un país comunista, dependiente políticamente da la Unión Soviética, el recurdo de algunos de sus actos hubiera perdurado o si se quiere se hubiera oficializado sin lugar a dudas. Es sabido sin embargo que el regimén comunista trata de minimizar o eliminar de la historia todo lo que pudo haber ocurrido antes de la era en que dicho régimen se implantó en el país; no le gusta la competencia y aborrece todo aquel patriotismo que no fuera de un buen comunista. Basta leer la historia, tal como la cuentan los rusos, para darse cuenta de ello.
Evidentemente lo que hubiera sido muy interesante y seguramente entonces sí se trataría de un libro fascinante, es si mi padre lo hubiera redactado él mismo; en realidad ese fué un poco su propósito y le instamos reiteradamente de redactar sus memorias, cuando ya se había retirado de toda actividad y vivía en su quinta de Adrogué, dónde se dedicaba a leer incansablemente todo lo que podía: historia, filosofia, arte, ciencia, medicina y no sé cuantos temas más. Leía preferentemente los libros en sus textos originales, ya que hablaba siete idiomas, y si se le agregaba el latin y el griego clásico, que dominaba, serían nueve los idiomas.

Desgraciadamente súbitamente empezó con problemas de salud e inclusive tuvo que ser operado de cuidado a los 80 años de edad, y el libro nunca se escribió.
Se han perdido muchos relatos de gran interés, que solamente él conocía, de sus propias actividades y de sus encuentros con algunos de los grandes de su época, entre los que figuraron presidentes, reyes, ministros, políticos etc.
Mi propósito es tratar de rescatar del olvido por lo menos algo, de lo que me acuerdo.

Francisco Kaderabek
Buenos Aires, abril de 1984